sábado, 19 de marzo de 2011

La educación y su pertinencia con la ruralidad en Bogotá

La educación y su pertinencia con la ruralidad en Bogotá
Por Fabio Arturo Rozo Ruiz
Introducción
Este articulo pretende visibilizar las tensiones que se producen entre el modelo de desarrollo que se agencia en Colombia y que al ubicarla en dos veredas de la Localidad de Ciudad Bolívar evidencian la dicotomía que existe entre lo que el Estado agencia como modelo de desarrollo para la ciudad urbana y las consecuencias de esa visión en los sectores urbanos y especialmente en la cultura y la tradición campesina tan vital para garantizar la equidad y la justicia social

La SED adelantó un proceso de reorientación de las prácticas tradicionales y de las estrategias utilizadas para atender las necesidades educativas de la población rural, a partir de la búsqueda de nuevos horizontes teóricos que permitirán el desarrollo de estrategias pedagógicas pertinentes, capaces de potenciar el talento humano requerido y más apropiado a la cultura propia del entorno rural. En este ambiente se ha venido validando lo que en la educación rural colombiana se conoce como “trabajo escolar con enfoque de Aprendizajes Productivos –AP–”.

Es necesario realizar un breve recorrido por la historia de la expansión urbana de la ciudad de Bogotá como reflejo de lasitematica mirada que el Estado colombiano hace al organizar un territorio.
El Crecimiento poblacional de la ciudad nos permite ver que Santa Fe de Bogotá entre 1945 y el 2010 creció de los 450.000 habitantes a los 8 millones aumento casi veinte veces. Para ese entonces el espacio físico que ocupaba la ciudad era entre las calles 39 y la calle 11 sur y entre los cerros orientales y la carrera 30 al Occidente.
El resto del territorio era zona rural, lacustre o de bosques andinos. Los procesos de violencia de las décadas de los 40 a los 60 aceleraron el flujo de migratorio hacia la ciudad. Ciudad Bolívar nombre que se le da a la localidad más reciente en conformarse. Para la década de los años 80 es el espacio físico que más recepciona población proveniente de estos flujos migratorios. Sobre una estructura de la ciudad se puede decir surgió un urbanismo que desbordó el ritmo institucional que tenia la ciudad y el territorio se fue ocupando de una manera informal : Esta ocupación espacial generó un dramático choque con la población campesina asentada en estos territorios que para este estudio son las veredas de Quiba y Mochuelo Bajo, impactando fuertemente el campo económico, el campo cultural y el campo de la construcción de relaciones.
En Bogotá existe un espacio rural que ocupa el 75 % de su extensión y sin embargo el modelo de desarrollo que la ciudad ha implementado es de corte urbano. Quiere decir esto que la vinculación institucional inadecuada de la zona rural a la ciudad ha generado conflictos. Las veredas objeto de este estudio, Quiba Baja y Mochuelo, no escapan a esta situación. Allí la economía campesina se caracteriza por tener una pequeña parcela de 2 a 3 hectáreas en su mayoría aprovechadas por sus propietarios y un pequeño porcentaje en arriendo. Los productos que se cultivaban son papa nativa (“Llamada CORNETO distintiva de la región”), hortalizas, cubios, gallinas, cerdos ganado bovino en pequeña escala, (cabras, ovejas), lagartijas de 7 colores, gavilanes, pájaro monje y el Mochuelo (Buho) que servía para el autosostenimiento y un pequeño excedente que les servía para ser llevado a la plaza de San Benito y de Tunjuelito. La artesanía alrededor de los tejidos a mano a partir de la lana de oveja. Es de anotar que el Barrio Tunjuelito ubicado en la cuenca media del rio Tunjuelo, (parte plana) se convirtió en un epicentro de negocios y de asentamiento de algunos de ellos, ya que allí se encontraba la Caja Agraria y los proveedores de insumos, herramientas y alimentos que no producían pero que usaban en su alimentación diaria. Esa dinámica de minifundio, se rompió a partir de los 90 cuando Personajes como Rafael Forero Fetecua se apropia de los terrenos que fueron del Poeta Rojas conformando fincas muy grandes. Otros sectores de Quiba Baja como el Guaval son loteados para construir barrios como Paraíso, La Flora hacia límites con Soacha. La fuerza de las plazas de mercado se fue perdiendo a partir de la creación de Corabastos quienes empezaron a controlar el mercado regulando los precios de los productos agrícolas.
El servicio de transporte era entre comunal y privado. Los servicios de Salud se prestaban en el Centro de Salud de Mochuelo Alto y Pasquilla. El ejercicio de expansión de la ciudad provoca un cambio brusco con el Macroproyecto del Relleno Sanitario doña Juana que presiono el alza y posterior baja por estar el botadero al lado de los precios del suelo, mediante normas catastrales y las fuerzas de mercado convirtiéndose la tierra en una mercancía sin importar los impactos sociales, culturales y económicos para sus habitantes. Las formas organizativas que antes eran el Comité Parroquial Comité de Ferias y Fiestas, la Junta de Acción Comunal y las personas con ascendencia se ven alejados de la toma de decisiones propia, pues la cantidad de información y el carácter técnico de la misma hace aparecer a estos antiguos líderes como un obstáculo para el desarrollo de las políticas públicas. Este modelo de ciudad planteado mas para ampliar el mercado de las empresas del gran capital con poca inversión se fijan principalmente en tres sectores. La expansión minera para extraer el material arcilloso y arenizco con el argumento de que dichas tierras eran poco productivas para la agricultura provocando una concentración de tierras para tener una reserva que a la postre se convirtió en el parque minero industrial que la ciudad acogió en el Plan de Ordenamiento Territorial. La segunda acción fue la ampliación de la vida del Relleno Sanitario proyectada en 1987 para cinco años y que se ha ido prolongando en el tiempo pues la ciudad no ha resuelto el problema de residuos sólidos que consignado en el plan maestro de residuos sólidos, pues ningún territorio nunca ha querido aceptar la implementación de una planta de residuos sólidos en su patio. Esta circunstancia se produce al pasar de un modelo publico a un modelo de privado generador de renta con los argumentos de que el modelo publico, es ineficiente, costoso, genera cargas laborales y que el estado no tiene la capacidad administrativa, ni el control sobre sus negocios y que el proceso de negociar con empresas privadas solucionaría todos estos líos que el estado presenta introduciendo un modelo neoliberal que genera el negocio de los residuos y sus responsables convertidos en agentes institucionales empiezan a ejercer la presión sobre el uso del suelos para favorecer la compra de los predios
Y favorecer el proyecto de disposición a cielo abierto que es obsoleto y asi poderlo mantener con el argumento de que la ciudad no tiene otra posibilidad del manejo de residuos solidos y podría presentarse un caos en la salud, cuando ya se presento con las empresas publicas llamada EDIS.
El tercer elemento es la expansión urbana, una expansión que se deja al ejercicio espontaneo de “emprendedores” de la construcción que allí acentúan proyectos urbanísticos de carácter ilegal que se van expandiendo desde San Joaquín impulsado por la prestación de servicios que se le exigen al Estado y donde los impactos ambientales no se valoran lo suficiente de tal manera que los campesinos no hacen resistencia. Por el contrario ayudan a el proceso de expansión, disponiendo sus predios para la Urbanización a cambio de un pequeño lucro.
La descripción de los conflictos en este espacio social nos dejan ver como se ha ejercido una violencia simbólica desde el campo del lenguaje, de lo económico, de lo institucional rompiendo las relaciones que como zona rural teníamos en estas veredas y los agentes que ejercen el dominio de esa violencia son agentes privados en consonancia con agentes del Estado. El ejercicio de resistencia de las comunidades allí asentadas ha sido muy débil, expresada básicamente en la interlocución en los espacios de participación que el Estado o las empresas operadoras han proveído y en la mayoría de los casos de manera tardía pues ya se habían tomado decisiones y se quedan en las reivindicaciones que tienen que ver con la prestación de los servicios públicos. Algunos otros estaban dispuestos a ser reubicados. Y otros hacían referencia a reivindicaciones de carácter ambiental y cultural sobre el impacto que ha producido por este modelo de ciudad. Este abrupto despertar al que asistimos con la exclusión de esta comunidad campesina de las decisiones y del deterioro de su entorno y la disgregación de su comunidad da pie para construir varios interrogantes.
¿La generación de jóvenes que habitan este sector serán asumidos con una condición de discriminación, pues no son rurales ni son urbanos?
¿Cómo pueden reconstruir los jóvenes su espacio social que ahora se encuentra disgregado?
¿Qué papel ha cumplido y debe cumplir la escuela para dinamizar los procesos de construcción del capital social?
¿Qué rutinas pueden ayudar a construir su acción potenciadora de su capital social, económico y cultural?
¿Cómo reconstruir un habitus orientado a construir un imaginario colectivo que transforme su posición de poder en el territorio urbano rural?

miércoles, 16 de marzo de 2011

La libertad, autonomía y control en las escuelas públicas

La libertad, autonomía y control en las escuelas públicas
Fabio Arturo Rozo Ruiz
“Solo cuando los seres humanos hayan reconocido y organizado sus propias fuerzas sociales se consumará la emancipación humana. Es decir cuando la sociedad regule consciente, global, libre, y responsablemente la producción y reproducción de su existencia” Libardo Sarmiento Anzola
Es tema de discusión en los centros educativos de Colombia y particularmente en Bogotá, la presencia de actos violentos entre los diferentes integrantes de la comunidad educativa. Se atribuyen, para su explicación, que las causas principales son la descomposición social y familiar, el desempleo, el abandono de los niños y niñas, el contenido de los programas de televisión y hasta la falta de capacidades o competencias para la adecuada resolución de conflictos por parte de padres de familia, jóvenes, docentes y directivos de esas entidades. En este articulo, se pretende analizar algunas de las diferentes estrategias que las comunidades educativas implementan para resolver las situaciones caóticas que a su juicio afectan negativamente la convivencia escolar.
Tal como lo presenta Jorge Orlando Melo en su columna de prensa , “El Panóptico de los niños” la administración de Bogotá anunció la inversión de 16.000 millones de pesos para la instalación de cámaras de televisión dentro de los colegios que permitan “controlar” las acciones violentas de los pequeños “monstruos” que llegan a esas instituciones contra sus compañeros, profesores o contra los muebles e inmuebles que hacen parte del mobiliario publico asignado al servicio público educativo.
Al respecto debo señalar que la idea de aumentar el control de las personas en sociedad con el argumento de lograr prevenir desmanes o desordenes que a juicio de la autoridad afecten la seguridad nacional o el interés general, no es visto con buenos ojos por amplios círculos de periodistas, académicos y ciudadanos. Como lo planteo George Orwell en 1949 , en su novela 1984, la posibilidad de tener gobiernos que quieran alienar al ciudadano ha sido latente durante toda la historia de la humanidad. Se manifiestan mediante las acciones del Estado, estudiando los movimientos de los individuos y las organizaciones sociales, sus reacciones a impulsos previamente establecidos por científicos, funcionarios o entidades de inteligencia, al servicio de quienes ejercen el poder gubernamental que garanticen mantener las condiciones deseadas por las clases dominantes sobre las dominadas.
Por otro lado el ordenamiento jurídico colombiano, la Constitución Política de Colombia consagra en el articulo 15 lo siguiente “Todas las personas tienen derecho a su intimidad personal y familiar y a su buen nombre, y el Estado debe respetarlos y hacerlos respetar”.
Surge aquí la reflexión sobre sí, el colegio es “nuestro segundo hogar”, y en él, los estudiantes se están formando de manera integral, y la función del aparato educativo es facilitar ese proceso de formación de niños y adolescentes, que están en el proceso de la Adolescencia, por lo tanto hay un derecho a equivocarse, a gritar, a transgredir normas con las que no está de acuerdo, a expresar opiniones que no necesariamente deben coincidir con las de su Institución, sus maestros o las de la sociedad en que se encuentra: El hecho de instalar cámaras de televisión que controlen las 24 horas el comportamiento de los integrantes de la comunidad educativa, ¿no va contra esa función que cumple la escuela en el sentido de evitar el maltrato moral de los infantes y adolescentes?, ¿Será esta una manera de criminalizar la actividad del joven que se en encuentra en la extensión de su casa que es la escuela?
Otra faceta de este control y de la pérdida de autonomía sobre los jóvenes en la escuela que ya se ha extendido a todos los grupos poblacionales, es el que se ejerce especialmente en el cuerpo físico y mental por los grupos de poder sobre las personas es abordado por Bordieau. Bordieau toma el tema del cuerpo físico de las personas en “Notas provisionales sobre la percepción social del cuerpo” Allí el cuerpo humano es pensado o leído como un producto social y por tanto atravesado (penetrado) por la cultura, por relaciones de poder, las relaciones de dominación, y de clase . Ello permite plantear (brevemente) una noción o percepción del cuerpo de quienes “dominan” y una noción del cuerpo de quienes son “dominados”. Es dable aclarar que el concepto de dominación no entendido sólo en un sentido material y concreto, sino también (o mejor) en un sentido simbólico, en tanto un grupo social es capaz de crear sentido”, y articular y sostener el consenso de esa dominación.
Asimismo Foucault complementa diciendo que El cuerpo es pues, como un texto donde se inscriben las relaciones sociales de producción y dominación. Tendría entonces: un carácter históricamente determinado, podría decirse: la historia del cuerpo humano, es la historia de su dominación. Esta condición del cuerpo como producto (producción) social, es analizada en toda su brutalidad por Michel Foucault, para el caso del paso del trabajador agrícola medieval, al obrero industrial en período previo a la Revolución Industrial.
“Según Bourdieu: “las propiedades corporales, en tanto productos sociales son aprehendidas a través de categorías de percepción y sistemas sociales de clasificación que no son independientes de la distribución de las propiedades entre las clases sociales: las taxonomías al uso tienden a oponer jerarquizándolas, propiedades más frecuentes entre los que dominan (es decir las más raras) y las mas frecuentes entre los dominados”. Por ello la desigualdad con que se ordena una sociedad, tendrá por tanto un correlato de distribuciones desiguales de rasgos corporales en los diferentes sectores sociales
Se debe concluir entonces que el control pretendido con la medida de las cámaras de televisión dentro de los planteles educativos en la ciudad de Bogotá, genera un mal precedente que por la via de la imitación puede contagiar a otras ciudades, trayendo como consecuencia problemas mayores a los que se quieren resolver.
Así mismo la emergencia de ser conscientes de las fuerzas internas que poseemos como individuos y como colectivo organizado, debe ser puesta en la agenda de nosotros los docentes no solo como actor del sector educativo, sino como actor social activo que genere procesos sociales transformadores que hagan surgir un nuevo hombre que influya directamente, sin intermediarios, en la plenitud de nuestra existencia. De esta manera cualquier política publica tendiente a controlarnos, como los desesperados esfuerzos de algunos mandatarios con nostalgia de la mal llamada seguridad democrática, de controlara hasta nuestros niños serian ampliamente debatidos y reemplazados con propuestas mas amigas de la vida y del respeto por la dignidad humana